
Miles de personas se congratulan por la salida de Berlusconi, pese a que no ha sido relevado por la presión popular sino por la presion de los mercados.
Wild Celebrations for the EXIT or Burlesconi
En medio de tanto agobio, las personas han buscado un motivo por el cual alegrarse aunque sea por unas horas.
Ante la inminente renuncia de Silvio Berlusconi, se multiplican a esta hora en Roma los carteles, eslóganes e ironías contra el premier: “12 de noviembre, fiesta de la Liberación”, afirma una de las pancartas exhibidas por los manifestantes frente a Palazzo Grazioli, residencia privada del jefe del gobierno.
No muy lejos de allí, frente al Palacio del Quirinal -sede de la presidencia de la República-, una muchedumbre canta coros de “aleluya” acompañada por una pequeña orquesta, mientras se ven flamear banderas con el tricolor italiano.
Mientras la gente comenzaba a acercarse al lugar, un grupo de militantes “anti-Silvio” llamado grupo de “Resistencia musical permanente” distribuyó pancartas en las que invitaba “a todo quien quiera a acercarse al Quirinale para cantar y sonar el Aleluya”.