by enred_sinfronteras@riseup.net via Latin Network Without Borders on 22nd April 2025 via thefreeonline at https://wp.me/pIJl9-GIY SIGNHEREseeover +20K Telegram t.me/thefreeonline/2954

Manifesto
‘We do not resign ourselves to rearmament and war in Europe’
Spain, March 26, 2025
Is there anyone, in Europe or anywhere else in the world, who does not want to defend their loved ones from a potential threat? Who does not wish to banish the terrible shadow of violence from their lives and those of their loved ones?
Who does not dream of a future in which their sons and daughters, those of their friends and neighbors, can live in peace, develop as people, have decent jobs, inhabit a habitable planet, have a roof over their heads, enjoy culture and enriching and constructive social relationships, and live lives free from all forms of violence?
Society needs the security provided by quality public healthcare and education for all, young people need a home to live in, our elders don’t want their pensions in jeopardy, and, above all, we don’t want our children and grandchildren to experience the horrors of war.
To what extent exactly does the unbridled increase in military spending that European governments intend to approve without public debate, without transparency or detail, and with urgency contribute to this peaceful future?

MANIFIESTO CONTA EL REARME: ‘NO NOS RESIGNAMOS AL REARME Y A LA GUERRA …
çWhat part of those billions is allocated to improving education, healthcare, the terrible housing situation, cultural precariousness, environmental harmony, or international solidarity?
Wouldn’t it be necessary to invest in greater political and diplomatic efforts that, in the face of threats of aggression, seek paths of dialogue that have not yet been explored?
Is it stupid, simplistic, or naive to wish for this, to defend peace and social justice? Is it perhaps more intelligent, thoughtful, and mature to believe that the winds of war, bellicose language, and the commitment to arms will bring a better future?
No, we are not resigned to war. Europe’s rearmament will not bring peace, it will not contribute to détente, but will bring us even closer to war. Militaristic contexts are also often accompanied by setbacks in rights, freedoms, and social policies.
They generate fear and social alarm, an ideal scenario for normalizing mechanisms of repression and authoritarianism, as is already beginning to be seen.

We are concerned that this strategy will lead to a long war with Russia, which we know is not intended to defend international humanitarian law, freedom, human rights, or the protection of the weakest.
If this were the case, the attitude toward Netanyahu would be the same as that toward Putin.
This Europe, which remains silent or, worse still, supports Israel in its genocide in Gaza and the West Bank and even persecutes those who denounce it, needs to clearly redefine those common values whose defense is presented as a justification for rearmament.
The citizens of our country have amply demonstrated their commitment to peace and anti-war policies in the past.
The mass demonstrations against the Iraq war, illegally promoted by José María Aznar’s government, the movement against our country’s continued membership in NATO, which mobilized more than 43% of the vote in that distant referendum, and the movement against compulsory military service until its abolition in 2001, are part of our recent collective memory.

The increase in European military spending—up to €800 billion over four years—announced by Commission President Ursula von der Leyen will be implemented through an exceptional mechanism that will prevent parliamentary debate and, in general, prevent clear and detailed information for European citizens.
We cannot and do not want to accept that the money from our public hospitals, our schools and public universities, our long-term care system, our protection and social coverage policies for times of difficulty, the fight against climate change, gender-based violence, racism, or emergency protection, and our cooperation, will be used to buy tanks, rifles, fighter jets, and missiles for war, because this is what the warmongering elites currently governing Europe and the United States have decided.
The true security we need is the vital security that our public pensions, our primary care doctors, our free treatment in public hospitals for any ailment or illness that affects us, our guaranteed education in public schools and universities that provide us with equality, our scholarship system, our unemployment benefits in case of need, the Minimum Living Income, our firefighters putting out fires in our mountains or rescuing people in our towns and cities when an emergency breaks out, or the development and implementation of public policies.
Sign Here- and see signatures of those agreeing with this Manifesto https://forms.komun.org/manifiesto-contra-el-rearme-y-la-guerra-en-europa

«No nos resignamos al rearme y a la guerra en Europa» – Rojo y Negro
original en español
Manifiesto: ‘No nos resignamos al rearme y a la guerra en Europa’

España, 26 de marzo de 2025
¿Hay alguien, en Europa o en cualquier otra parte del mundo, que no quiera defender a sus seres queridos de una posible amenaza? ¿Que no desee alejar la sombra terrible de la violencia de su vida y la de los suyos?
¿Que no sueñe con un futuro en el que sus hijos e hijas, los de sus amigos y vecinas puedan vivir en paz, desarrollarse como personas, tener trabajos dignos, habitar un planeta habitable, tener un techo sobre sus cabezas, disfrutar de la cultura o de las relaciones sociales enriquecedoras y constructivas y vivir vidas libres de todo tipo de violencias?
La sociedad necesita la seguridad que da una sanidad y educación públicas de calidad para todas las personas, la juventud necesita una casa donde vivir, nuestros mayores no quieren ver peligrar su pensión y, sobre todo, no queremos que nuestros hijos y nietos vivan el horror de la guerra.
¿En qué medida exactamente contribuye a ese futuro en paz el aumento desenfrenado del gasto militar que se proponen aprobar los gobiernos europeos sin debate ciudadano, sin transparencia ni detalle y con urgencia?
¿Qué parte de esos miles de millones va destinada a mejorar la educación, la sanidad, la terrible situación de la vivienda, la precariedad en la cultura, la armonía medioambiental o la solidaridad internacional?

¿No sería necesario invertir en mayores esfuerzos políticos y diplomáticos que ante las amenazas de agresión busquen caminos de diálogo todavía no explorados?
¿Es estúpido, simplista o naif desear esto, defender la paz y la justicia social? ¿Es quizá más inteligente, elaborado y maduro creer que los vientos de guerra, el lenguaje belicista y la apuesta por las armas traerán un futuro mejor?
No, no nos resignamos a la guerra.
El rearme de Europa no traerá la paz, no contribuirá a la distensión, sino que nos acercará aún más a la guerra. Los contextos militaristas suelen ir

acompañados, además, de retrocesos en derechos, libertades y políticas sociales, originan miedo y alarma social, escenario idóneo para normalizar mecanismos de represión y de autoritarismo, como ya se está empezando a ver.
Nos preocupa que esta estrategia lleve a una larga guerra con Rusia, que sabemos que no es para defender el Derecho Internacional Humanitario, la libertad, los derechos humanos o para proteger a los más débiles.
De ser así, la actitud frente a Netanyahu sería la misma que frente a Putin.
Esta Europa que calla o, peor aún, apoya a Israel en su genocidio en Gaza y Cisjordarnia e incluso persigue a quienes lo denuncian, necesita redefinir claramente cuáles son esos valores comunes cuya defensa se plantea como justificación para el rearme.
La ciudadanía de nuestro país ha demostrado sobradamente en el pasado su compromiso con la paz y con las políticas antibelicistas.
Forman parte de nuestra memoria colectiva reciente las multitudinarias manifestaciones en contra de la guerra de Irak impulsada de manera ilegal por el Gobierno de José María Aznar, el movimiento de rechazo a la permanencia de nuestro país en la OTAN que llegó a movilizar más del 43% del voto emitido en aquel lejano referéndum, o el movimiento de lucha contra el servicio militar obligatorio hasta su eliminación en el año 2001.

El aumento del gasto militar europeo -hasta 800.000 millones de euros en cuatro años- anunciado por la presidenta de la Comisión Ursula von der Leyen, se va a realizar a través de un mecanismo de excepcionalidad que evitará el debate en los parlamentos y, en general, la información clara y detallada a la ciudadanía europea.
No podemos ni queremos aceptar que el dinero de nuestros hospitales públicos, nuestras escuelas y nuestras Universidades públicas, nuestro sistema de atención a la dependencia, nuestras políticas de protección y de cobertura social para los momentos de dificultad, de lucha contra el cambio climático, la violencia machista, el racismo o de protección frente a emergencias, de cooperación, vaya a ser destinado a comprar tanques, fusiles, cazas y misiles para la guerra, porque así lo hayan decidido las élites belicistas que gobiernan actualmente Europa y los EEUU.
La verdadera seguridad que necesitamos es la seguridad vital que nos aportan con su sola existencia nuestras pensiones públicas, nuestros médicos y médicas de atención primaria, nuestros tratamientos gratuitos en hospitales públicos contra cualquier dolencia o enfermedad que nos afecte, nuestra formación garantizada en escuelas y Universidades públicas que nos dotan de igualdad, nuestro sistema de becas, nuestras prestaciones por desempleo en caso de necesidad, el Ingreso Mínimo Vital, nuestros bomberos y bomberas apagando incendios en nuestros montes o rescatando gente en nuestros pueblos y ciudades cuando se desata una emergencia, o el desarrollo y puesta en práctica de políticas públicas feministas que avancen en la defensa y protección de los derechos de las mujeres y en la lucha por la erradicación de las violencias machistas.
Los climas bélicos se diseñan en cómodos despachos, pero son los pueblos quienes pagan las consecuencias.
Por ello, este momento es de extrema importancia para disipar la tensión creciente y defender un modelo de paz, de bienestar social y de ampliación de derechos para todos.
El momento presente requiere de responsabilidad, políticas audaces, altura de miras y cultura de paz.
No nos resignamos a la guerra, porque no queremos la paz de los cementerios, porque la historia nos demuestra que el único camino realista para conseguir la paz no es militar, sino político.
Pónganse manos a la obra y trabajen por la paz, se lo exigimos.
Firma AQUÍ y Ver firmas que adhieren en:
https://forms.komun.org/manifiesto-contra-el-rearme-y-la-guerra-en-europa


también editado y en difusión desde
https://argentina.indymedia.org/