
Las protestas contra el racismo y la brutalidad policial volvieron a Minneapolis, Estados Unidos, tras el reciente asesinato del joven negro Amir Locke, baleado en su casa por un agente del orden. El fatal tiroteo, ocurrido el pasado miércoles, renovó los cuestionamientos sobre la práctica policial denominada «redadas sin llamar». La muerte de Locke, de 22 años, acrecentó las tensiones en Minneapolis, donde cientos de residentes salieron este sábado a las calles para exigir justicia, mientras aún lidian con las consecuencias del asesinato, en esa ciudad, del afroestadounidense George Floyd, en 2020. (PL)