Ante el vertiginoso encarecimiento del petróleo por las sanciones occidentales a Rusia, EE.UU. y sus aliados buscan que dos de los países que más han sancionado en estos años, Irán y Venezuela, alivien la situación.
Si como la lógica política indica, los gobiernos de ambas naciones no respondieran afirmativamente al urgente llamamiento de EE.UU. y su “Mónica Levinsky” de Bruselas, experta en fellatio criminal y económica, mucho nos tememos que podrían generarse dos nuevos y gravísimos conflictos bélicos dirigidos a Teherán y Caracas en forma de inmediata invasión de consecuencias desastrosas para el mundo.